Recuerdo con un sabor especial los últimos días de colegio, cuando el colacao os lo ibais tomando más frío y que vivíais con ilusión porque os ponía manga corta y os compraba el libro de vacaciones que llenabais entero...( no comprendo como habeis salido tan empollonas...¿recuerdas Samantha cuando te castigaba sin ir al cole?....jajaja).
Me viene el aroma de las lilas de la abuela y los vivos colores de los rosales.
Omara, con su vestidillo rosa y su sombrerillo de arroz, (como la niña de platero) mientras le cantabas al oido la melodía
de aldea del arce que la hacía llorar... me acuerdo de ciruelo, el caballo pequeño y de blanquita, nuestra yegua dulce, de las excursiones en bici, y cómo os reíais de mí...nunca se me dará bien eso del equilibrio...bueno, y la piscina...os acordais? tampoco se puede decir que soy una sirena…En realidad os ha tocado por madre algo muy simple, un prototipo sin muchos extras .Solo soy una mujer que ha hecho las cosas lo mejor que ha podido y a la que solo le importa saber que en vuestra memoria el sol haya grabado como en la mía las risas y la calidez de ese tiempo.
La vida está llena de etapas...Sam estrena hoy su coche y me pregunta sobre la declaración de la renta.Ahora no falta ningúna jornada al cole, porque es la maestra y no olvida cada día llamarme para hablar de nada y decirme que me quiere. Omara prepara una beca para Londres, pronto cumplirá los dieciocho y luce siempre su carácter decidido e independiente mientras va volando cada día más... Y yo miro el libro de familia que está amarilleando guardado en un cajón...creo que no te voy a fotocopiar más amigo...y no me siento mayor, me siento llena.De vosotras.
Y me voy a preparar la cena. Hay cosas que no cambian, en ninguna etapa.
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