Te buscaba sabiendo que cuando nuestros ojos se encontraran, todo el pasado y todo el futuro, carecerían de importancia, y solo existiría ese momento, y la certeza increíble que todas las cosas bajo el sol, fueron escritas por la misma mano, eterna e infinita, la de los mil nombres, la que forma mi esencia y la tuya, la que despierta el amor...porque sin esto, no habría sentido para los sueños...

domingo, 9 de agosto de 2020

RETAZOS DEL CORAZÓN




Doy este título a la nota de tú 27 cumpleaños, porque así se llama la página de mi blog, dónde guardo todas mis palabras de amor más intenso, todo lo tuyo y del resto de seres que llenan y forman mi corazón, el corazón de una madre que se forma a retazos, trocitos de amor, fragmentos y recuerdos que los años van cosiendo con fuerza, como una gran colcha de patchwork


Y miro tus ojos, casi transparentes de ahora y dentro del orgullo que siento de haber puesto en el mundo un ser tan bello, me voy cómo muchas veces a tú infancia, para contarte alguno de esos retazos que también forman tú esencia.



Esos ojillos verdes cristalinos, reflejaban la luz de septiembre en tu primer día de cole en el que no paraste de llorar. Para compensar mi culpabilidad de madre abandonadora, ese día nos fuimos a comer al chalet de los yayos.

El yayo te paseó en brazos por toda la finca, que brillaba de luz y belleza con el otoño pisándonos los talones y para quitarte el disgusto, con esos brazos firmes, con su gorra militar y su risa de paz, te llevó a ver a Blanquita, la yegua mansa que tanto te hacía reír...y esa foto contigo en brazos, con tú abriguito de pompones del color de tú cara, pasó a formar una pieza de ternura inolvidable para mí.
La misma que quiero que sea para tí; llena de juventud, de fuerza, de vida, adulta e independiente, recuerda siempre que estás rodeada de seres que te aman incondicionalmente, a los que has dado propósito e ilusiones...

Y aunque te parezca una nota triste para un día cómo hoy, realmente no es así, el pasado no existe, pero el recuerdo nos sirve para aprender, y aprender del amor siempre es felicidad.
Él me dijo el mismo día que se fue:  "Me dà mucha pena morirme... porque no quiero perderme vuestras vidas"...

Y esas palabras retumban cada día dentro de mí, y cada día le doy las gracias por enseñarme tanto y por darme esa gran lección en su última hora.

También doy gracias al cielo cada día que amanece, y sé que estás bien, que vives, que llenas tus días de proyectos y sueños, que amas y eres un ser tan especial.

Valoro cada instante y mi ilusión se ha transformado en llegar al  último capítulo posible cómo espectadora de tú existencia.

Y cuando amamos así, los miedos se hacen ajenos, y nos aferramos a cuidarnos y estar aquí , no por nosotros mismos, sino por seguir cosiendo retazos que luego sean nuestro legado.

Me gusta pensar que con ello te enseño algo y puedo describir mejor lo mucho que te quiero.

Mi niña de ojos de lago y piel de estrellas, dàs sentido a mi existencia y te amo
infinitamente, cómo sólo las madres aman, de un modo  único y eterno.
Feliz cumpleaños mi niña!

miércoles, 22 de julio de 2020

Mi algodón de azúcar (A mi hermana Paloma)

Guigui, guigui, guigui...! Te decía papá mientras asomaba tú carita de bolita rosada de la cuna...


 Nunca fué muy ingenioso con los arrumacos pero este apelativo ha sobrevivido en la familia hasta el día de hoy, y eres nuestra guigui.

Ese ángel que llegó a mi vida a mis nueve años y llenó mis días de ternuras.
Pocos días después de llegar a casa mamá te puso en un cojín de colores tejido por la abuela para hacerte una foto y dijo, para que esté colorida...y yo, en mi ingenuidad, veía una verdad absoluta en ello, absurdo colorido de las fotos en blanco y negro, pero allí estaba yo, frente a mamá...junto al cojín, inquieta por si te rodabas al suelo.
Y fue mi primera preocupación por tí.
Eras adorable, de mirada profunda y gesto enfadado, la ingenuidad con pelillo rubio, casi blanco, pelo - pluma, volátil, casi cómo ahora, boquita de leche y risa de cascabel.
Te abrazaba y me olías a chocolate, a talco, a hogar, a lápices de colores y plastilina...a infancia y seguridad.
Eras mi feria, mi algodón de azúcar, mi ilusión en tus reyes, mi trofeo para exhibir, llenàbas mis días oscuros y disfrutaba hasta la lluvia por tí.
Con tus tres añitos, eras una muñeca con mini uniforme en el colegio, y cada día de tu primer curso, te hacía hueco en mi pupitre cuando la monjita no podía más con tú llanto...tataaaaa!! tataaaaa!!!...Y allí te quedabas feliz y segura, coloreando a mi lado, con tus ojillos inundados suspirando, hasta que volàbas de mi mano de vuelta a casa de nuevo.
Mamá nos regañaba porque de paso por el parque te columpiàba un ratito, cuando me lo pedías con tu lengua de trapo... aún recuerdo tu risa, tus botitas azules volando hacía el cielo y el sentir que merecía la pena la carrera contigo en brazos desde el parque a casa.
Te quise enseñar tanto, que aprendí a quererte de una manera infinita, a ser un poco madre, a proteger y a inquietarme, a comprender que tener una hermana es un tesoro y el regalo más grande de papá y mamá.
Tengo tantos recuerdos de tí y contigo, que podría escribir capítulos de tú infancia.
Y hoy te abrazo y te siento cómplice, confidente,hermana,
amiga, siento de nuevo hogar y raíces, tú cariño incondicional, a veces aún hueles a chocolate, y sigo dando gracias por que existas y seas un ser tan bonito y tan mío.
Te quiero con toda el alma hermanita. SIEMPRE.