Sé que aún guardas mis cartas
pobladas de esperanzas blancas
impacientes por tus manos
finas, transparentes, solitarias...
y sabias que te esperaba
mientras se me borraba el alma
en el final de las horas para siempre
te enviaba mariposas invisibles
bajo el escombro de los cielos
y sabia, que al borde de mis cartas
sin saberlo...me esperabas.
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