Cuando baja la tarde y aterciopela el verde de la hierba, me persiguen los brotes insolentes por todas partes sin oir al frío, decididos a romper y a estallar, porque ha llegado su tiempo.
El tiempo ha llegado. Y mientras camino con la respiración cortada, observo un mundo que ya no conozco, acelero el paso como el sentimiento de urgencia de mi corazón. Algo está pasando, el presente es muy presente y brilla como nunca,todo carece de importancia, porque lo importante lo estamos respirando.
Veo las vendas en los ojos ajenos...se afanan en tareas absurdas para las que ya no hay lugar.
Necesito alguien que traduzca lo que veo, lo que siente mi alma, y el porqué de esta estúpida felicidad sin sentido. Por que algo está pasando, y no logro alcanzar, ni adivinar que es en concreto para que me sienta así. Estoy demasiado educada por el sistema para no poderlo definir, pero sé, tambien, que es algo bueno, y me niego a cerrar los ojos, mientras muchos se afanan absurdamente en sacar brillo al sol.