A través de los años, el amor, sentimiento dolorosamente dulce, de manera cambiante
se define, nos descontrola, nos hace añicos lo previsto, buscamos su misterio, su medida, hasta su demora… y en parte su fracaso por el miedo que provoca sentirlo plenamente, y que por sorpresa, se nos caigan los muros y las excusas...
Y a pesar de todo, hay algo que se aprende, otra piel de sonrisa nueva, que intercambia sus múltiples tamaños...e intuyes un sentimiento gemelo de flores disfrazadas de distinto color.
Y con idéntica perplejidad a si misma se ignora...y como variables son los ojos que lo miran, la gradación de veladuras, nombres, pieles, estancias, almas...diferente es el sabor que nos deja en el alma y el dolor de su huella.
Y nos resignamos. Tensa es la actitud del que ama fuera de su cuerpo, frágil el control del que aspira a lo real…de quien se atreve incluso, a inventar, como en sueños, las respuestas…
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