En la eternidad
de la oscuridad del silencio,
de las horas infinitas
cuando tan solo un rayo de luna
ilumina el corazón del tiempo
que late sobre la mesita
espero pacientemente
que el canto del gallo
despierte a la aurora
para que su alegre sonrisa
entre por la ventana
y la noche se haga dia
en el interior de mi alcoba.
Hola Marga, estoy segura que el alba llegará muy pronto, evocando con ese lindo poema.
ResponderEliminarAbrazos en el alma, amiga!!!