La conocí por sus ojos, por la dulzura de su risa y el modo en que las palabras acariciaban sus labios…Ella, recordó mi boca, de los besos de otros tiempos…mis manos en otra piel y en otro cuerpo…
En oscuras noches donde aún servían las estrellas, nos amamos más allá de la vida, fugitivas, en un tiempo que enfangaba nuestras faldas en la huída….
Quedaron nuestros cuerpos co.mo un lienzo. Yaciendo entrelazados entre el carmín y los aceites almizclados, saturados de rancio olor a cera…sangrantes, en un beso eterno, hasta hoy…que nos recordamos
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