En el túnel de tu boca sabor a cerezas. Entro en el traqueteo de la escritura mientras tu mano en brasas recorre los railes de mi espalda. La tarde, madreselva desmelenada entre las piernas, deja atrás río y follaje. El polen de cristal y los dardos del enebro buscan recovecos de luz en la cintura. Palpitantes tus dedos, descerrajan los botones de nácar ahora que una voz anuncia la llegada.
(Ha sido el mejor con difencia, Marina)
Hola, Marga, llegué hasta tu espacio a través de un blog amigo, me pareció muy bueno, voy a quedarme por aquí como seguidor, si me permites.
ResponderEliminarSi tienes ganas (sólo si tienes ganas), te invito a pasar por el mío.
Un saludo desde Argentina.
Humberto.
www.humbertodib.blogspot.com
Bienvenido, un placer tenerte por este mi pequeño refugio recien comenzado...ando levantando el vuelo.Te visitaré. Saludos.
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