Todos mentimos, omitimos, adornamos la verdad en algún momento de nuestra vida, por miedo a perder lo que con esfuerzo hemos conseguido, por vergüenza al sentir que hemos metido la pata, por temor a lo desconocido, a abandonar lo que conocemos ,por no herir…todo esto es humano y entra en nuestra comprensión como otros tantos defectos con los que lidiamos a diario y podemos ser benevolentes tanto para las mentiras propias , como ajenas…
pero hay otras, las que dañan el corazón para siempre, las de causa irreversible…
Cuando has apostado fuerte, estás dispuesta a cambiar todo tu mundo , a dejarlo todo, a sufrir perdidas, a aguantar el oprobio y el vituperio de los tuyos, a empezar de cero, incluso arrastrando a lo que más quieres, dispuesta a arriesgar y abandonándote a tu corazón…cuando estas dispuesta a sentir más que a vivir por que lo que sientes te endulza el alma de modo que no necesitas más para ser feliz y dejas de pensar…cuando decides todo eso…te inundan las mentiras…esa persona no te ama, lo que te decía por la boca, le caía en los bolsillos, para volverlo a regalar a otra y descubres que es mentirosa, cobarde, que te niega, y sonríe en su maldad mientras tú estás zozobrando en tu lucha interna dispuesta ya a dejarlo todo por amanecer a su lado…
Esas mentiras tambien son perdonables, como todo, porque quien no perdona es quien sufre, pero las cicatrices que deja en el alma son incurables…
Pero el amor es un bálsamo perfecto, y la mujer que comparte mi vida, a la que amo con todas las fuerzas que soy capaz, con la que he encontrado la razón de mi existencia…a la que una vez mentí y no solo supo perdonarme sino amarme más por mi ingenuidad… Me rescató, me devolvió a la vida , a la cordura…y cada día, envuelve mis heridas con la dulzura de sus besos…
Por eso no permito que NADIE me llame jamás cobarde, y menos quien no fue capaz de ponerlo todo … y lleva aún sus mentiras en los bolsillos.
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